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Visita comentada a LLIÇÓ DE DIÒGENES a cargo de Alex Mitrani

Todavía hoy recordamos el episodio atribuido a Diógenes: un día luminoso, Alejandro Magno, rey de Macedonia, visitó al filósofo cínico, que vivía dentro de una tina en la más extrema pobreza. El rey se presentó, se le puso delante y le dijo: «Pídeme lo que quieras». Diógenes solo respondió: «Apártate, que me tapas el sol».

Siempre provocador, rechazando falsos honores y riquezas, Diógenes de Sinope (412 a. C. – 323 a. C.) preconizaba la desnudez y manifestaba de modo desacomplejado los excesos y vicios de la sociedad. Es justamente lo contrario al miedo y la compulsión posesiva característicos de esa enfermedad social contemporánea que se conoce con el nombre poco adecuado de «síndrome de Diógenes», por la que las personas solas, a pesar de vivir en ciudades populosas, se protegen de la angustia acumulando en casa una cantidad descontrolada de objetos, basuras o lujos; cosas, en definitiva, sin sentido.

El testigo de este filósofo griego de la Antigüedad se vuelve completamente pertinente en un contexto contemporáneo de sobreproducción y de desequilibrios sociales, económicos y ecológicos. Intuimos que hace falta una reflexión crítica profunda sobre el estado de las cosas y nuestras rutinas cotidianas. En este sentido, la filosofía radical de los cínicos, planteada desde la acción y la singularidad, tiene una prolongación en el arte contemporáneo. Con su capacidad para hacernos pensar de nuevo la realidad desde la metáfora y la paradoja, el arte también es un camino para reencontrar unos valores morales y hacer una reflexión desmitificadora y liberadora sobre la condición humana.

Hay una constante transgeneracional en el arte catalán contemporáneo que se basa en una reducción de medios, una simplicidad fundamental y una economía que, paradójicamente, redunda en la intensificación de los valores estéticos, y rechaza la retórica y el exceso. Son artistas que practican, al modo de Diógenes, una fragilidad que se convierte en fuente de fortaleza y de significado.