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La figura perfecta

Comisariado por Jordi Antas

Espai DAFO


Inauguración 6 de junio a las 19h con la performance “Discoteca petada bailando Milli Vanilli sin poder parar” de Ryan Rivadeneyra.

«La figura perfecta» se centra en la idea de orden cósmico, y en el análisis entre lo sagrado y lo profano, para incidir en las relaciones y analogías entre los elementos mágicos y el poder. Se trata de un planteamiento próximo a situaciones y momentos a medio camino entre la experiencia física y el valor narrativo que, mediante un discurso flexible —con tintes paródicos, y no exentos de humor— destila una actitud de confianza máxima ante el esfuerzo por descifrar aspectos como la cualidad sobrenatural, la fantasía, la simbología o el enigma.

En este sentido, «La figura perfecta» supone un diálogo cruzado entre tres artistas de procedencias distintas —Elena Alonso, Ariadna Parreu y Ryan Rivadeneyra— que, pese a trabajar con distintos registros (dibujo, vídeo, instalación o performance), comparten complicidades e intereses comunes: la mezcla de realidad y ficción, la construcción de mundos supremos y la especulación sobre la interpretación de nuestro entorno próximo, y establecen procesos difusos cercanos a la profecía, la ciencias ocultas y los rituales.

Elena Alonso toma como punto de partida una serie de dibujos que de manera minuciosa configuran aleatoriamente una escritura críptica que recuerda las piedras, las tabas o los huesos tirados al azar por adivinos. En referencia a esas líneas (2013) aplica ese tipo de antropología donde la medida y el orden se contraponen a la fascinación del dibujo, lo que se refuerza en Mesa de estudio y Cartabón (2014), dos piezas escultóricas que recuperan el relato enigmático que transita entre el origen y la reencarnación.

Ariadna Parreu analiza y resuelve cuestiones de carácter metafísico, imposible o absurdo, a través de relacionar bases científicas contrapuestas a aspectos humanos, inmateriales o cósmicos. Se trata de una investigación que, con Triunfo y orden (2011) y Sideritos (2014), se centra en el estudio de las relaciones de los objetos procedentes del espacio, a través de la leyenda y la especulación de la historia, que, mediante la instalación, conecta con la fascinación de lo sensorial y los aspectos mágicos.

Ryan Rivadeneyra estetiza y analiza su entorno más próximo para convertirlo en piezas narradas a modo de powerpoint que se acaban formalizando en performances o conferencias «performáticas». Se trata de una construcción de genealogías y pensamientos que genera unos relatos que fluctúan entre anécdotas ficticias e históricas, que desprenden una especie de espiritualidad de varios órdenes, desde la identidad humana hasta la configuración de la civilización. Con Discoteca petada bailando Mili Vanilli sin poder parar (2014) y Sexy Miami Futuristic Cocktail Lounge (from the past), (2013), utiliza unos recursos a modo de crónica y micronarrativas, donde el ritmo y la coreografía encaminan y envuelven varias aficiones obsesivas y estéticas desafiantes.